Ejercicio moderado como estrategia ganadora
El ejercicio moderado es la opción ideal para potenciar la cognición debido a un equilibrio óptimo entre beneficios biológicos y psicológicos sin generar estrés excesivo. Estudios recientes, incluido nuestro trabajo publicado en eBioMedicine The Lancet 2025 la semana pasada, puntualizan que una actividad física realizada con intensidad moderada —no te pierdas próximas entradas para ver cuánto ejercicio es "moderado"— mejora significativamente funciones cognitivas como la memoria, la atención y la velocidad de procesamiento.
¿Por qué el ejercicio moderado es mejor? Primero, porque favorece la liberación de factores neurotróficos, como el IGF1 y el BDNF, que promueven la neuroplasticidad cerebral y la generación de nuevas conexiones neuronales. También mejora el flujo sanguíneo cerebral, optimizando el metabolismo neuronal y reduciendo la inflamación sistémica vinculada al deterioro cognitivo. Desde el punto de vista psicológico, esta intensidad promueve la reducción del estrés y la ansiedad, fortalece el estado de ánimo y facilita la interacción social, todos elementos clave para la salud mental y cognitiva.
Por el contrario, ejercicios de alta intensidad, especialmente si son prolongados o extenuantes, pueden producir modificaciones cerebrales que podrían contrarrestar estos beneficios, incluso acelerando el envejecimiento cerebral en ciertos casos. En cambio, el ejercicio moderado respeta la capacidad energética del cerebro, estimulándolo sin agotarlo.
La moderación ajustada a cada individuo es fundamental para el “equilibrio cerebral”, pues esta forma de ejercicio produce un impacto duradero en la reserva cognitiva y en el envejecimiento saludable del cerebro.
¡¡En próximas entradas, iremos desgranando todas las evidencias científicas al respecto!!
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