Patrones de dieta y cognición

En el ámbito de la neurociencia del estilo de vida, solemos hablar de los cinco grandes: ejercicio, dieta, estrés, sueño, y contaminantes. Hoy haremos una breve parada en la dieta, concretamente, en su relación con la capacidad cognitiva y el envejecimiento.


El envejecimiento poblacional es un  inesperado fenómeno global debido a la mejora de las condiciones sanitarias y de los tratamientos médicos y hospitalarios, y muy específicamente de todos los relacionados con los antibióticos y las vacunas. Más de 2 mil millones de personas podrían superar los 65 años en 2050. Esta tendencia plantea serios desafíos sociales, económicos y sanitarios, especialmente por la alta incidencia de disfunción cognitiva y demencia en la tercera edad. La disfunción cognitiva afecta funciones esenciales como la memoria, la atención, el lenguaje y la orientación, y no solo empeora la calidad de vida sino que eleva la dependencia, la discapacidad y la mortalidad en adultos mayores.

Un reciente metanálisis ha analizado la relación entre patrones dietéticos saludables y la mejora o ralentización del deterioro cognitivo en personas mayores de 60 años, examinando 15 estudios y más de 62,500 participantes (Pei et al., Geriatric Nursing, 2025). 

El análisis mostró alta heterogeneidad estadística entre los estudios, pero la sensibilidad del análisis confirmó la consistencia general de los resultados. Incluso variables como el país estudiado, el tipo de dieta y las herramientas de evaluación cognitiva no explicaron esa heterogeneidad, lo que apunta a la solidez del hallazgo sobre la influencia beneficiosa de la dieta.

El metaanálisis reveló que adoptar un patrón dietético saludable reduce en aproximadamente un 40% el riesgo de deterioro cognitivo, demostrando un efecto protector sustancial. Los patrones más relevantes fueron:

  • - La dieta mediterránea, rica en legumbres, frutas, verduras, nueces, aceite de oliva y pescado, con bajo consumo de carne roja y alcohol moderado.

  • - La dieta MIND (Mediterranean-DASH Intervention for Neurodegenerative Delay): combinando elementos mediterráneos y de la dieta DASH centrada en el control hipertensivo.

  • - Las dietas basadas en plantas, con elevado consumo de frutas, verduras, legumbres y frutos secos.

    - Los patrones enriquecidos en proteínas, incluyendo carnes magras, pescados, huevos, lácteos y productos de soja.

Estos patrones presentaban varios elementos comunes, como los antioxidantes, los ácidos grasos omega-3 (DHA), las vitaminas B12, el folato y los minerales traza. Estos elementos están asociados a mecanismos neuroprotectores como la reducción del estrés oxidativo, la regulación inflamatoria y la promoción de la neurogénesis.

Desde el punto de vista de la neurociencia del estilo de vida, estos resultados refuerzan la importancia de prestar atención a la alimentación como factor modulador fundamental de la salud cerebral. En este sentido, es importante recordar que los antioxidantes presentes en frutas y verduras mitigan el daño oxidativo (que acelera el envejecimiento cerebral). Los ácidos grasos omega-3 favorecen la integridad de las sinápsis y modulan procesos inflamatorios. Las vitaminas, como la B12 y el folato, participan en la síntesis de neurotransmisores y en la regulación epigenética, procesos vinculados a la prevención de enfermedades neurodegenerativas.

Además, la dieta también influye en la microbiota intestinal, que a través del eje microbiota-intestino-cerebro puede afectar la inflamación cerebral y el estado cognitivo, así como constituirse en mecanismo mediador de los efectos generales del ejercicio físico.

Podemos decir que las evidencias analizadas sugieren que evitar patrones dietéticos pobres —altos en grasas saturadas, azúcares simples y carnes procesadas— en favor de dietas ricas en plantas, grasas saludables y proteínas magras puede preservar funciones cognitivas críticas durante el envejecimiento.

La importancia de los metanálisis reside en que no estamos aquí, ante los resultados de unos experimentos concretos aislados, sino que lo que se analiza es si las conclusiones de varios estudios que abordan la misma pregunta científica, concluyen lo mismo o hay evidencias discrepantes. En el caso que nos ocupa, el metanálisis apunta a que los estudios sugieren claramente a una mejora neta de la capacidad cognitiva en función del consumo de una dieta saludable. 

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