Estrés "bueno" y estrés "malo"
¿Puede el estrés ser “bueno”? El estrés no es siempre enemigo del cerebro. En su justa medida, puede ser una fuente de crecimiento, adaptación y rendimiento óptimo. En cambio, cuando se desborda o se prolonga, se convierte en una fuerza neurotóxica que erosiona la memoria, la motivación y la salud mental. Esta dualidad define el eje fundamental entre el eustrés y el distrés, dos caras del mismo fenómeno fisiológico con efectos radicalmente distintos sobre la mente y el cerebro humano. El problema de fondo que resolveremos hoy es, pues, que el ciudadano medio solo conoce y reconoce un estrés, el malo, el distrés. Es hora de sacar de la biblioteca neurocientífica el concepto de eustrés. Todo empezó el siglo pasado, con Hans Selye, pionero del estudio del estrés, que describió el estrés como un conjunto de reacciones no específicas del organismo frente a cualquier demanda que rompa su equilibrio interno. Activar el estrés significa movilizar energía, liberar catecolaminas y glucocorticoid...